"Vivir es
jugar a las escondidillas con la angustia"
Jean Rostand
En su significado etimológico, la
psicología es el "
estudio del
alma" (psyché,
alma y lógos, tratado). Sin embargo, en su acepción contemporánea puede definirse como
la ciencia que estudia los
procesos mentales relacionados con los fenómenos de la
conducta; y ya en el caso específico de este artículo, su abordaje se realiza considerando a dos de sus principales aspectos:
el aprendizaje y la
enseñanza.
Existen diversas clasificaciones de la psicología. Algunas, por ejemplo, se apoyan en
criterios historicistas o evolucionistas. Así, se dice que esta
ciencia puede ser estudiada a partir de tres momentos:
a) Psicología del alma
b) Psicología de la
mente o conciencia
c) Psicología de la conducta.
Esta
clasificación se remite a la
consideración de que desde
Aristóteles y hasta la
Edad Media, se consideró el alma como el
motor que impulsa la actividad de todos los seres vivos.
Durante los siglos XVII y XVIII, el alma, en la concepción aristotélica, dejó su lugar al
concepto de
conciencia o mente, siendo las facultades de ésta el
motivo central de los estudios realizados en ese
tiempo, sobre todo por los empiristas ingleses.
Después, durante los primeros años del siglo XX, la psicología se redefinió como una ciencia mediante la cual, la conducta puede ser observada, cuantificada y verificada empíricamente. A partir de este momento, aparecieron varias corrientes psicológicas que ofrecen un vasto
campo de estudio.
Para Wilhelm Wundt, fundador en 1879 del primer
laboratorio de psicología experimental en la
ciudad de Leipzig, hay dos aspectos esenciales en el
comportamiento: lo
objetivo (lo que vemos y sentimos,
experiencia externa) y lo subjetivo (cómo captamos aquello que estamos percibiendo,
experiencia interna).
Gracias a las ideas aportadas por Wundt y otros
modelos complementarios, la psicología empezó a ser considerada como una ciencia experimental, estrictamente empírica. Así, la
fusión de las experiencias interna y externa, conformaron la entonces denominada experiencia única, misma que, no obstante su susceptibilidad a ser abordada a través de otras
ópticas, debía constituir el objeto de estudio central de la incipiente Psicología.
Como una reacción que desaprobaba las concepciones expuestas por Wundt apareció esta otra interesante clasificación:
El
conductismo de Watson
La psicología de la
Gestalt o de la forma, de Wertheimer, Köhler y Koffka)
La psicología experimental de Thorndike, Binet y Galton.
La psicología funcionalista de James y Dewey.
El
Psicoanálisis de
Freud.
Otros diversos.
Sin embargo,
debe considerarse que la psicología de ninguna manera es un área de estudio en donde todas las
opiniones aparecen
uniformes. Por otra parte, dadas las características de esta aportación y la situación de los lectores a los que va dirigida, me parece posible presentar una clasificación constituida por cinco bloques de
teorías, en la mayoría de las cuales resultará particularmente interesante
observar y derivar sus implicaciones con relación al
aprendizaje y a la enseñanza, es
decir, apreciar, dentro de la psicología teórica, el campo más importante y útil para el docente. Desde esa perspectiva, el cuadro siguiente servirá de guión.
TEORÍAS MENTALISTAS | La psicología filosófica
La psicología de las facultades
El naturalismo
El estructuralismo
|
TEORÍAS DEL CONDICIONAMIENTO ESTÍMULO-RESPUESTA | El conexionismo
El conductismo
El neoconductismo y el condicionamiento operante
|
DOS TEORÍAS PSICOANALÍTICAS | El psicoanálisis
La teoría psicosocial
|
TEORÍAS COGNITIVISTAS | Teoría del procesamiento humano de la información
Teoría de la Gestalt
La psicología genética
La psicología dialéctica
La psicología dialéctico-genética
|
TEORÍAS DE LA ENSEÑANZA | Teoría del aprendizaje por descubrimiento
Teoría instruccional ecléctica
Teoría instruccional sistémica
Teoría del aprendizaje significativo
|
TEORÍAS MENTALISTAS
En primer término se han agrupado algunas corrientes sobre las cuales no abundaré por considerarlas poco relevantes para el objetivo del
texto, y únicamente las cito como un antecedente.
La psicología filosófica buscaba el
adiestramiento del
poder mental y para ello postulaba que la sustancia mental debería desarrollarse mediante esforzados y continuos ejercicios. También conocida como
clasicismo, enfrentó el estudio de objetos de la psicología con
métodos y fines propios de la
filosofía. Entre sus más connotados exponentes se encuentran
Platón y Aristóteles.
De manera semejante, la llamada
psicología de las facultades afirmaba que los fenómenos mentales se registran como consecuencia de la actividad de ciertas facultades de la sustancia pensante. Así, establecía que el fortalecimiento de los "
músculos de la mente" se desarrollaba y corregía mediante apropiados ejercicios de dichas facultades. Entre los
personajes que sostuvieron tal idea se encuentran San Agustín, Juan Calvino, Reid y Gall.
El naturalismo, por su parte, afirma que
el hombre y de la
sociedad se desarrollan de acuerdo a las
leyes de la
naturaleza. Desde este punto de vista, las particularidades biológicas de los individuos, el
clima, el
medio ambiente en general, etc., son determinantes en el
desarrollo humano, y en general de todas las cosas.
En el aspecto educativo, esta corriente ha generado una gran polémica, pues ésta pondera
los valores de una
educación natural, contra la
opinión de muchos, en el sentido de que no existe
educación que sea natural, pues se dice que todo tipo de educación siempre será social. No obstante, a partir de
Rousseau y Fröebel, han aparecido diversos sustentantes de lo que podrían llamarse variantes del naturalismo. Me refiero a los casos de exponentes como Tolstoi, Reimer, Illich, Holt y Neill, entre muchos otros.
La corriente psicológica denominada
estructuralismo fue sustentada principalmente por Wundt y Titchener. Utiliza y garantiza la introspección como
método de estudio de los procesos mentales, fundamentándose en leyes físicas. Por lo anterior, no son pocos los que estiman que Wundt fue un introspeccionista psicofísico puro.
TEORÍAS DEL CONDICIONAMIENTO ESTÍMULO-RESPUESTA
Pasaré enseguida a tratar con mayor detalle, dada su trascendencia en lo educativo, el
grupo de teorías llamadas de condicionamiento estímulo-respuesta. Esta
apreciación psicológica apareció como resultado del desacuerdo con el
estructuralismo de Wundt, ya que los asociacionistas consideraban a la introspección como un
procedimiento muy poco confiable.
Y si en sus orígenes esta corriente se interesó por la asociación de las ideas en la mente, pronto perfiló su
interés hacia la conducta de los cuerpos. Es decir, apreciaron que la psicología sólo se convertiría en una verdadera ciencia, si centraba sus estudios en las manifestaciones corporales y
evidencias que pudieran ser observadas y verificadas en
público. En conclusión: su
ideal era que la psicología fuera tan
científica como lo es la
física y la alternativa que contrapusieron a la introspección, fue la de emplear metodologías que tomaran en
cuenta, exclusivamente, formas de comportamiento observable.
El conexionismo
También se conoce con el nombre de enlace E-R y su autor fue el norteamericano Edward Lee Thorndike (1874-1949), quien supuso, en su teoría, la existencia de dos tipos de unidades: mentales y físicas.
Las unidades mentales son algo que se siente o se percibe, mientras que las unidades físicas pueden ser estímulos o respuestas. Definió, a partir de esa idea, que el aprendizaje es un
proceso en el que se pueden conectar:
– una unidad mental y una unidad física,
– dos unidades mentales o
– dos unidades físicas.
Por lo anterior, afirmó que toda conducta, simple o compleja, es una conexión entre una situación y una respuesta y que, mediante determinados condicionamientos, se conectan respuestas específicas a estímulos específicos. Estas conexiones son el resultado de cambios biológicos operados en el
sistema nervioso. Conviene aclarar que, para Thorndike, estas conexiones no significan la formación de respuestas nuevas, sino la respuesta elegida,
producto de la asociación a una situación. Dichas conexiones son susceptibles de formarse o destruirse de acuerdo a ciertas leyes que Thorndike formuló y clasificó como primarias y secundarias. Las primarias son tres:
Ley de la disposición, llamando a las neuronas "unidades de conducción", Thorndike afirmó que para una
unidad de conducción dispuesta a
conducir, hacerlo satisface, y
no conducir es inadecuado.
Ley del ejercicio o
la repetición. El ejercicio resulta fortalecedor del vínculo entre una situación y una respuesta.
Ley del efecto . Una respuesta se establece y fortalece si va seguida de placer, si por el contrario le sigue le desagrado, la respuesta se debilita y desaparece.
Las secundarias son cinco:
ley de las respuestas múltiples, ley de la actitud, ley de la prepotencia de elementos, ley de la respuesta por analogía y ley del cambio asociativo.
Con relación a la tercera de las leyes primarias, la ley del efecto, al autor descubrió más tarde que los efectos de recompensa y castigo, como efectos positivo y negativo, no caminan al parejo, pues la
fuerza de conexión que tiene la positiva de recompensa es muy superior a la que se presenta con la negativa de castigo. Ante tal circunstancia tuvo que eliminar esta segunda parte de la ley al convencerse de que el castigo no siempre elimina la conducta.
El conductismo
Puede
decirse que con la publicación, en 1913, de la obra
La psicología vista por el conductista, del norteamericano John Broadus Watson (1878-1958), nació esta
escuela psicológica, basada en los trabajos de Iván Petróvich Pavlov (1849-1936), para quien el aprendizaje es un proceso en el que se construyen
reflejos condicionados, sustituyendo un estímulo por otro.
Aunque Watson radicalizó su
convencimiento de que la psicología debía basarse exclusivamente en
conceptos físicos y químicos, aún más que Thorndike, nunca estuvo de acuerdo con éste en lo correspondiente a la existencia de unidades mentales, satisfacción (placer) y disgusto (dolor), pues consideró que estos conceptos mentales resultaban inaceptables para una auténtica psicología científica. De ahí que Watson centrara su
atención en aspectos de la vida
animal susceptibles de ser observados y medidos.
Sin embargo, a pesar del rechazo a los conceptos anteriores, abrazó con verdadera convicción una de las leyes secundarias, la del
cambio asociativo, la cual postula que es posible obtener del alumno cualquier respuesta de la que éste sea capaz, si se le asocia con una situación a la que el discípulo sea sensible.
Este enunciado se convirtió en la
tesis central del conductismo, ratificando que los propósitos y los
pensamientos de un animal nada tienen que
ver con el aprendizaje real, ya que para la psicología conductista propósitos y pensamientos son conceptos que se ubican fuera de su estudio.
Lo anterior se hace evidente si uno se remite a la aseveración del conductismo en el sentido de que un organismo viviente es un mecanismo, pues la máquina humana únicamente se concibe como un
sistema integrado por órganos sensoriales (receptores), neuronas (conductores),
cerebro (conmutador central), músculos (elementos operativos),
huesos (palancas) y el estómago, hígado, riñones,
corazón, etc., (piezas de abastecimiento y
control).
Vistas las cosas así, de una manera tan
mecánica, los aspectos mentales parecen totalmente fuera de contexto.
Para ilustrar claramente la
postura del conductismo con relación al aprendizaje se ha utilizado el del adiestramiento del
perro al que, al mismo tiempo de que se le da la orden "¡échate!", se le ofrece un jugoso trozo de
carne. Una vez que se ha repetido el ejercicio varias veces, el perro habrá de responder sin error a la orden, siempre y cuando se utilice el mismo estímulo adecuado. La voz puede reemplazarse. Es decir, en lugar de ordenar al perro que se eche, bien podía sustituirse el mandato con el
sonido de un timbre, con un silbido o con castañearle los dedos, por ejemplo.
El conductismo también se conoce con el nombre de behaviorismo (del
inglés behaviour, o
behavior en los
Estados Unidos,
conducta, comportamiento) y, como ya se ha mencionado, basándose en Pavlov, concibe al aprendizaje absolutamente en términos de adquisición de reflejos.
Con
base en lo anterior, no creo que resulte exagerado afirmar que el conductismo es una corriente extinta, por lo menos concebido así.
El neoconductismo y el condicionamiento operante
Nos remontaremos ahora a las décadas de 1930, 1940 y hasta 1950. El conductismo es representado por personajes como los norteamericanos Edwin Ray Guthrie (1886-1959), Clark Leonard Hull (1884-1952), Edward Chase Tolman (1886-1959) y Burrhus Frederic
Skinner (1904-1990), entre otros, a quienes se les ha atribuido la estructuración de una nueva corriente denominada neoconductismo. Aunque evidenciaron diferencias en sus trabajos, existe un elemento unificador en sus obras: su objeto de
investigación lo constituye, principalmente, el aprendizaje.
Otra diferencia entre estos autores y los conductistas puros, radica en el hecho de que éstos eran atomistas, pues su atención se remitía fundamentalmente a los elementos de cada situación, esforzándose por identificar estímulos específicos y respuestas aislables; mientras que los neoconductistas hablan de
situaciones de estímulo, lo que
implica una complejidad estimulativa y una respuesta más amplia o, alternativamente, respuestas coordinadas.
Una
conclusión válida es la de establecer que Skinner ha presentado su teoría apreciando a
la educación como un proceso cuya base puede ser la
eficiencia, pues ante los exitosos resultados del condicionamiento operante en
animales,
manifestó su confianza de que pueda tener el mismo
éxito aplicado en
niños y jóvenes.
Didácticamente Skinner supone que, mediante el condicionamiento operante, una respuesta es más probable. Se opone al
empleo de términos como iniciativa,
fuerza de voluntad,
imagen, etc., pues su psicología es un tipo de ciencia que sólo admite la conducta manifiesta. Establece que el objeto de la psicología consiste en predecir y controlar la conducta de los organismos.
En el condicionamiento operante, el docente es un
ingeniero de la conducta de los alumnos. Para el efecto, debe organizar los
objetivos didácticos de tal manera que, apoyados en una gran cantidad de pequeños pasos debidamente espaciados y cronometrados, y que se refuerzan recíprocamente, incrementen la posibilidad de una respuesta o resultado esperado.
DOS TEORÍAS PSICOANALÍTICAS
Aunque este
grupo está constituido por una gran cantidad de teorías, me referiré exclusivamente a dos de ellas:
el psicoanálisis y a
la teoría psicosocial.
El psicoanálisis
El psicoanálisis, es bien sabido, posee un
carácter esencialmente biológico. Pero valorando la importancia de su aportación al enfoque general que considera que los fenómenos psicológicos constituyen procesos más complejos que las simples respuestas ante estímulos específicos, así como por
haber propiciado la aparición de nuevas teorías psicológicas, he estimado conveniente su inclusión previa a la
exposición de las
teorías cognitivistas, toda vez que esta teoría es considerada como una de las más trascendentes de todos los tiempos.
Al margen de la anterior consideración, son muchos los que suponen que el psicoanálisis es exclusivamente un procedimiento psicoterapéutico. En realidad, con el término psicoanálisis se alude a una de las más grandes y trascendentes aportaciones que se hayan hecho a la psicología. Y fue
Sigmund Freud (1856 - 1939), psicólogo checo de origen judío, quien ideó esta teoría que vino a revolucionar diversos aspectos del
mundo contemporáneo, pues el psicoanálisis ha sido empleado en diversos ámbitos de la
cultura humana. También con este
concepto se hace referencia a tres áreas distintas, aunque íntimamente relacionadas, del saber:
– Una
metodología investigativa propia de la psicología.
– Una teoría psicológica.
– Una técnica psicoterapéutica.
Como método de
investigación psicológica, intenta conocer, básicamente a través de la
exploración clínica, las características del inconsciente y el funcionamiento de la mente. Con este método, mediante
entrevistas,
aplicación de tests y
anamnesis (recopilación al detalle de aspectos biográficos), entre otros
recursos, es posible obtener
datos importantes para
descubrir aptitudes y deficiencias, así como otros ángulos importantes de la
personalidad de un
individuo.
Como teoría psicológica es el resultado de la ordenación y sistematización de los procesos y datos obtenidos del propio psicoanálisis, en tanto método.
Ya considerado en su acepción más común, como una técnica psicoterapéutica, y como resulta indicativo, se utiliza de manera que se constituya en un recurso modificador de
la personalidad, con el fin de corregir alteraciones de orden psíquico.
Uno de los conceptos primarios de la teoría del psicoanálisis lo constituye la idea de que la
conducta humana es resultado de un esfuerzo por eliminar la estimulación producida por un impulso instintivo aparecido en algún lugar del organismo del individuo. Así pues, el psicoanálisis pretende, fundamentalmente, explicar de manera sistematizada los factores que determinan la conducta. Es, pues, una teoría de la
personalidad y es también, actualmente, acaso la forma más aceptada para tratar las alteraciones mentales. Los siguientes son algunos de los supuestos básicos del psicoanálisis:
- Determinismo psíquico. Nada existe en la vida mental que sea producto de una coincidencia o de un accidente. Cada efecto procede de una causa perfectamente determinada.
- Motivación de la conducta. Cualquier conducta es producida, indistintamente, para satisfacer necesidades elementales.
- Origen instintivo de las necesidades y los motivos. Todos los motivos son producto de dos clases de instinto:
-Eros, que son los instintos de vida asociados a la actividad sexual y al placer corporal.
-Tanatos, pulsiones de
muerte, cuyo objeto es la reducción de las cosas a un
estado inerte.
Con la noción anterior pudo explicarse, con cierta claridad,
el mecanismo de algunos fenómenos de aberración psíquica, tales como el
suicidio, el crimen, el sadismo y el masoquismo.
- Control social de los instintos. La sociedad, con sus prohibiciones, reprime instintos fundamentales que se esconden en el inconsciente del individuo.
- Transformación de los impulsos instintivos. El bloqueo de los impulsos instintivos no los destruye, sino que los transforma, por lo que pueden reaparecer bajo otras manifestaciones.
- Apariencia y realidad. Lo que apreciamos externamente de un individuo, no siempre corresponde a una situación real, pues muchos conflictos permanecen ocultos.
El psicoanálisis ha centrado su atención, de manera principal, en tres cuestiones aparentemente heterogéneas, pero que se articulan totalmente dentro de esta teoría:
a)
El instinto. En esta área de estudio del psicoanálisis se abordan los componentes instintivos y cuestiones que van desde la pulsión hasta la libido, las relaciones objetales (donde puede incluirse el complejo de Edipo, por ejemplo), las fases de la
sexualidad instintiva (oral, anal y fálica) en proceso evolutivo hacia la genitalidad, pasando por la latencia, etc.
b)
El aparato psíquico, área que incluye aspectos de estudio como son las zonas de conciencia: el inconsciente, el preconsciente y el consciente. En este
tema, Freud realizó una especie de división de la mente en tres secciones: el consciente, el preconsciente y el inconsciente. La primera de esas secciones, el consciente, corresponde al
conocimiento. La segunda, el preconsciente es una sección que de manera natural, y hasta sencilla, puede trasladarse a la conciencia, si se requiere. En cuanto al inconsciente, el autor afirma que se trata de una región con un
contenido psicológico que presenta un alto índice de represión, que resulta casi imposible trasladar a la conciencia, pues siendo demasiado desagradable, generalmente provoca conflictos. También se considera el
análisis del ello, el yo y el superyo, estructuralmente, como un
modelo de personalidad. En este apartado se incluye también la teoría de los sueños (simbolización, desplazamiento,
proyección, etc.)
Su concepción de la
estructura de la personalidad ha impactado grandemente al mundo de la psicología:
ESTRUCTURA | NIVEL | ORIGEN | FUNCIÓN | CARACTERÍSTICAS |
ELLO |
Animal | Está presente al nacer | Busca el placer y evita el dolor | No está determinado por normal, lugar ni tiempo. PRINCIPIO DEL PLACER (Impulso a la satisfacción inmediata de la necesidad) |
YO |
Lógico y racional |
Tiene su origen en el ello |
Controla el ello | Se sujeta a la realidad ambiental. PRINCIPIO DE REALIDAD (Sujeción a las normas sociales) y PRINCIPIO DE REPRESIÓN (Abstención de dar libertad absoluta a los impulsos) |
SUPERYO |
Moral | Se desarrolla a partir del yo | Opera como una conciencia | Representa los valores de una sociedad y los del propio individuo. PRINCIPIO DE SUBLIMACIÓN (Depuración y transformación de los impulsos instintivos). |
El conflicto, dentro de cuyo estudio se pretende probar que los conflictos internos que se manifiestan en el padecimiento de un adulto, ya existían desde la
infancia como una
neurosis rudimentaria e incipiente. En este tercer tema de estudio se realiza el
análisis de los impulsos que constituyen los llamados mecanismos de defensa. El cuadro siguiente expone las etapas psicosexuales, que son fundamentales en esta teoría.
EDADES | ORAL | ANAL | FÁLICA | LATENCIA | GENITAL |
De 0 a 18 meses | De 1.5 a los 3 años | De los 3 a los 6 años | De los 7 a los 12 años | De los 12 años y el resto de vida |
ZONA DE DOMINANCIA ERÓGENA | La boca | El ano | El pene o clítoris | Ninguna | El pene o el clítoris |
MANIFESTACIONES | Succionar, morder, lamer | Juega con su propio excremento y/o lo retiene durante la defecación. | Experimentación de celos, interés sexual, masturbación, etc. | Juegos en los que participan elementos de ambos sexos | Masturbación, atracción por el sexo opuesto, relaciones sexuales, etc. |
FIJACIONES (Conductas ejecutivas o asociadas, como consecuencia de represión o fomento) | Fumar Exceso al comer y beber Pasividad | Inclinación hacia la suciedad o a la exagerada limpieza. Excesivo desorden o meticulosidad Inclinación a acumular cosas Obstinación Tacañería, etc. | Complejo de Edipo (en los varones) y de Electra (en las mujeres) Preferencia por una persona mayor, como pareja Complejo de culpa | Ninguna | Ninguna |
Sobre Sigmund Freud se ha escrito mucho. Algunos coinciden en afirmar que su propio perfil era evidentemente el tipo ideal para
trabajar experimentalmente los
principios del psicoanálisis: son del conocimiento público los insultos al político austriaco Víctor Adler, uno de los principales líderes del
partido socialdemócrata de aquel
país y de su
manifiesto, y también público, desprecio por los
artistas.
Se sabe igualmente que casi al
final de su vida quemó sus agendas,
libros de notas personales, su correspondencia y otros
documentos importantes para burlarse de sus bió
grafos, pues recuérdese que Freud era consciente de la importancia de su obra y él mismo fue, en vida, una
celebridad. Anticipaba su burla y se dice que en más de una ocasión expresó: "Desde este momento estoy gozando el hecho de que todos esos entrometidos se equivocarán mañana". Hizo
públicas diversas anamnesis de sus pacientes, sin cuidarse ni preocuparse si los datos expuestos evidenciaban la identidad de ellos, circunstancia que riñe con el más elemental rasgo de
ética profesional. Él mismo, ante sus alumnos exponía sus propias vivencias y circunstancias, como si correspondieran a otras personas.
Pero la importancia de la obra de Freud supera cualquier consideración, defecto o aberración que se le impute. En la página 280 de la obra
Historia de la psicología
americana, su autor A. A. Roback dice:
"... Sigmund Freud fue un
genio... Al principio, como médico, se dedicó a la neurología y a la pediatría, posteriormente a la psiquiatría, desde cuya especialidad revolucionó no sólo todos nuestros conceptos psicológicos, sino la perspectiva de la civilización. No hay rincón ni rendija de nuestra estructura, que no hayan sido iluminados por la antorcha del psicoanálisis, y los prejuicios que Freud tuvo que vencer sus teorías, fueron mucho más arraigados que los que tuvieron que vencer Copérnico, Galileo, Kepler y
Darwin."
La aplicación que en el campo educativo ha tenido el psicoanálisis, se ha presentado con dos orientaciones:
- La terapéutica.
- La propiamente educativa.
En la orientación terapéutica educativa del psicoanálisis, deben mencionarse los trabajos realizados, a partir de la década de los treinta, por Melanie Klein, Hans Zulliger y Maud Mannoni. Los dos primeros psicoterapeutas tomando como referencia al
juego infantil y Mannoni a la verbalización realizada a través de la conversación directa, o por medio del
dibujo y el
teatro de títeres.
En la
actualidad y en campo de la paidoterapia, el psicoanálisis ha logrado impresionantes
éxitos en el tratamiento de casos de niños disléxicos.
A los nombres de estos tres autores, habrán de agregarse los de Charles Baudoin, Roland Dalbiez, Marie Bonaparte, Francoise Dolto y René A. Spitz, entre otros.
En lo relativo al psicoanálisis en su orientación específicamente educativa, son relevantes las aportaciones realizadas por Anna Freud (hija del propio autor de la teoría psicoanalítica), Eduardo Claparéde, Angelo-Louis Hesnard, Wilhelm Reich, Herbert Marcuse y Alexander Sutherland Neill.
Probablemente A. S. Neill podría ser considerado dentro de la
escuela nueva, o incluso dentro de la
pedagogía institucional, ambas descritas en el capítulo correspondiente a la pedagogía. Sin embargo, el hecho de que el propio Neill expresara las grandes influencias recibidas de Sigmund Freud y la circunstancia de que en su obra, el
proyecto de Summerhill, se perfilen las características específicas del psicoanálisis, me han inclinado también a considerarlo dentro de la orientación educativa del psicoanálisis.
La teoría psicosocial
Posteriormente, las ideas de Freud han sido enfocadas hacia otros aspectos psicológicos igualmente interesantes, por algunos de sus colaboradores, alumnos o seguidores. Me refiero, entre otros, a los siguientes:
Alfred Adler (1870-1937), austriaco y aportador de importantes trabajos sobre el tratamiento de la neurosis.
Otto Rank (1884-1939), también austriaco, elaboró valiosas tesis sobre las ansiedades y una propuesta para acelerar los tratamientos psicoanalíticos.
Wilhelm Reich (1897-1957), igualmente originario de Austria, y sus estudios sobre el carácter.
Carl Gustav Jung (1875-1961), suizo que elaboró trascendentes trabajos sobre los complejos, el inconsciente
colectivo, los
símbolos y la
mitología. Jung introdujo el término
complejo para designar a una manifestación conductual, caracterizada por poseer una fuerte carga emocional, ligada a conflictos vividos anteriormente por el sujeto. Los complejos se someten al yo y al superyo, pero permanecen en el inconsciente, manifestándose en determinadas formas de conducta del individuo.
Algunos de los complejos más estudiados por la teoría psicoanalítica son los siguientes:
Complejo de Edipo. Aparece entre los 3 y los 5 años de edad, cuando el niño descubre su propio sexo y el de sus padres. Se define como el
conflicto ocasionado por el apego erótico del niño hacia su madre, situación que asume sintiendo rivalidad y rencor hacia el padre, aunque después, generalmente, logra identificarse con él.
Complejo de Electra. Es el equivalente femenino del complejo de Edipo, pues la niña orienta su libido (energía psíquica procedente de la actividad sexual humana) hacia su padre, manifestando abierto rechazo hacia su madre.
Complejo de inferioridad. Este concepto fue empleado originalmente por Adler, para quien el complejo de inferioridad deriva de una inferioridad real aparecida durante la infancia. Sin embargo, una acepción más generalizada define a este complejo como un sentimiento de subvaloración de un individuo que, real o imaginariamente, advierte o supone en él alguna insuficiencia física, psíquica o social. Por lo general el sujeto afectado por un complejo de inferioridad, lo compensa con manifestaciones conductuales con las que pretende alcanzar la superioridad.
Complejo de castración. Hace referencia a un sentimiento relacionado con el
valor simbólico del pene, y está vinculado directamente con la angustia infantil provocada por el conflicto de la identificación sexual.
Erich Fromm (1900-1980), alemán que estudió profundamente la influencia de la cultura sobre el individuo. Es, por ello, considerado el más destacado culturalista.
Erik Erikson (1902-1994), alemán con raíces danesas, quien para muchos es el primer
analista de niños, por sus trabajos sobre el desarrollo infantil y el medio. Aunque Erikson, en sus inicios, aplicó las enseñanzas de Freud, a quien considera la piedra angular de la teoría de la personalidad, poco a poco se fue apartando del
modelo ideado por Freud, aunque sin romper del todo con él. El hecho de que se conozca a su teoría con el nombre de
psicosocial, habla, ya en la propia denominación, de la diferencia básica con la correspondiente de Freud.